Rebaja de retenciones, más ajuste en el gasto

En un contexto de caída de la recaudación en términos reales, el Gobierno anunció un recorte de derechos de exportación.

EconomiaHace 6 horasOtrasVocesOtrasVoces
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El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció desde sus redes sociales una nueva rebaja en las retenciones a la exportación de diferentes granos. La medida fue sorpresiva pero, a diferencia del último recorte en julio pasado, ahora se trata de una merma marginal en las alícuotas: 2 puntos para la soja, derivados y el trigo y de 1 punto para el maíz. El Gobierno quiere armar un puente para las liquidaciones agrarias durante el verano.

Según confirmó el ministro en su red X, las retenciones bajarán de modo permanente e inmediato, una vez que la medida se publique en el Boletín Oficial, de la siguiente forma: en el caso del poroto de soja la alícuota pasará de 26% a 24%, en la harina y aceite derivados de 24,5% a 22,5%, en cuanto al trigo y la cebada la rebaja será del 9,5% a 7,5%, para el maíz y el sorgo la misma será del 9,5% a 8,5% y para el caso del girasol disminuye de 5,5% a 4,5%.

“Esta baja de retenciones busca mejorar la competitividad de la agroindustria, uno de los motores más potentes de la economía argentina y responsable de cerca del 60% de nuestras exportaciones”, escribió Caputo. Sin embargo, más que una política estructural orientada a elevar la productividad del sector, según los especialistas, la decisión del oficialismo busca generar dólares de manera inmediata para compensar una demanda de divisas que crecerá durante los meses de verano por la salida del turismo y sostener una oferta que en las últimas semanas se apoyó en la emisión de ON por parte de empresas y en el endeudamiento de los gobiernos provinciales.

Análisis


Según señala Javier Preciado Patiño, consultor en agronegocios y director de RIA Consultores, “con los niveles de liquidación de porotos en unas 100.000 toneladas por día, la industria sojera no alcanza a cubrir el programa normal de exportaciones para los próximos meses”. Las liquidaciones del complejo soja muestran una caída marcada desde el pico de 7.000 millones de dólares registrado en septiembre, cuando rigió la rebaja temporal a 0% de las retenciones con cupo exportador.

“La industria quedó cubierta y es habitual que las liquidaciones aflojen en diciembre y durante el primer bimestre”, explicó. Esa tendencia ya se refleja en las cifras: en octubre se liquidaron 1.100 millones de dólares y en noviembre apenas 760 millones, según datos de CIARA-CEC.

El analista subraya que la reducción de las alícuotas para el complejo sojero se limita a 2 puntos porque, tras el acuerdo comercial y las negociaciones con Estados Unidos para acceder al salvataje financiero del Tesoro, el Gobierno argentino se comprometió a no “distorsionar” el mercado de soja con este tipo de incentivos.

La rebaja temporal a 0% aplicada en septiembre no había sido bien recibida por la administración Trump. El recorte actual implica, de todos modos, una mejora en el precio percibido por los productores, “estimada entre 12.000 y 15.000 pesos por tonelada”, dependiendo de la jornada, cuando la oleaginosa se mueve en torno de 500.000 a 510.000 pesos por tonelada.

En materia de precios, según Preciado Patiño la coyuntura es la siguiente: un cosecha récord empujó los precios a la baja en el caso del trigo (y esto afecta a las liquidaciones argentinas que se esperan para el mes de diciembre) y la soja mantiene precios razonables.

Por otra parte, es notable la contradicción que generan estas medidas en términos de recaudación fiscal. Una rebaja en las retenciones implica inevitablemente que el Estado resigne recursos en un momento en que la desaceleración de la actividad económica ya está presionando a la baja los ingresos tributarios, lo que a su vez complica el cumplimiento de las metas fijadas por el FMI para habilitar los desembolsos que permiten cancelar vencimientos de deuda.

Según el economista Ernesto Mattos, del IDEPI-UNPAZ y PROINGRA FCE-UBA, “con esta medida el Gobierno dejará de recaudar entre 300 y 500 millones de dólares, lo cual plantea un mayor ajuste en la política fiscal de cara a 2026”. La eliminación temporal de retenciones aplicada en septiembre también tuvo un costo significativo: implicó una merma de 1.500 millones de dólares “sobre un total anual cercano a 8.000 millones”, recordó Mattos.

Es que el Gobierno se prepara para iniciar la discusión del Presupuesto 2026 —bajo la mirada atenta del FMI— durante las sesiones extraordinarias en el Congreso. En este marco, “en el terreno político, la contracara de esta decisión es ofrecer una moneda de cambio a las provincias de Santa Fe y Córdoba para asegurar su acompañamiento en la votación”, advierte Preciado Patiño.

Con menos recaudación tributaria, el ajuste previsto en el Presupuesto será aún mayor, aunque eso no parece inquietar al Gobierno. De hecho, días atrás se conoció que el proyecto de reforma laboral que enviará el oficialismo al Congreso incluye una reducción de las contribuciones patronales, que —según estimó el economista del CEPA, Hernán Letcher—, sumada a la baja de retenciones, implicará un costo fiscal cercano a 4.031 millones de dólares, equivalente al 0,65% del PBI. Para dimensionar el impacto: ese monto representa casi dos años completos del presupuesto del Ministerio de Salud, que para 2026 asciende a 2.137 millones de dólares.