“¿¡Qué más quieren!?”: fuerte editorial de Víctor Hugo sobre la reforma laboral

El Gobierno pretende trabajadores sumisos e invisibles, incluso cuando lo echan, afirma Víctor Hugo en su editorial de la 750.

Sociedad01 de diciembre de 2025OtrasVocesOtrasVoces
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En un duro editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cargó con bronca contra la reforma laboral que busca el Gobierno de Javier Milei y se preguntó qué más quieren, al analizar el rol soñado del laurente, según el Gobierno de ultraderecha que se sienta por estas horas en la Casa Rosada.

“Lo que la reforma laboral quiere es lacrar la carta de oro de un sistema de vasallos y señores que un día de estos de diciembre te hace una cena, te entrega el premio por los diez años de laburo, pero cuando te deja sin trabajo... si te he visto no me acuerdo”, dijo.

El editorial de Víctor Hugo Morales
La expresión de Gustavo Lazzari es una síntesis del drama del trabajador cuando el poder económico lo siente un esclavo. Tenés que ser nada para que te den trabajo.

Los miedos tienen que ser del laburante, no del campeón empresario.

Vos tenés que saber cómo has de caminar, hablar, pedir en la relación. Una sombra serás. Lo que pueda poner en peligro tu trabajo lo evitarás, y el que da el laburo tiene la tranquilidad que si te echa, te echa como a un perro. Agarre sus cosas y váyase.

 
El apunte de Leila Gianni, que “la reforma laboral es la seguridad y la estabilidad que necesita el empresario”, es un complemento para ellos. Avanzar hacia una sociedad sin derechos.

Un 78 por ciento de gente dominada, caminando en puntas de pie, con miedo a todo porque no sabe por dónde salta la liebre del humor empresarial.

Lograr que los pobres sean los que quieran ser invisibles, no la crueldad del sistema desde arriba, para quien no sos visible. Al revés. Sos vos el que quiere pasar inadvertido, no hacer olas. “Buen día, señor”, con la cabeza gacha, y mejor si el tipo está de espaldas y no te ve.

Lo que la reforma laboral quiere es lacrar la carta de oro de un sistema de vasallos y señores que un día de estos de diciembre te hace una cena, te entrega el premio por los diez años de laburo, pero cuando te deja sin trabajo... si te he visto no me acuerdo. Es cómo te parás en la vida, el asunto.

Lo que acepte la reforma laboral es la condena del laburante. Ya te echan aun con buenas leyes protectoras, ya te pagan lo menos posible. Hay que preguntarse: ¿qué más quieren?

Pero las frases escuchadas no se corresponden con la verdad del trabajo. Faltan a la verdad de los hechos constatados. La Banelco no daba más trabajo. Lo que vino después cambió la historia. Tres millones había con la Banelco, seis y pico a la salida del 2015. Con Macri retornó la ruina. Y la explicación es sencilla.

El tema pasa por la oferta verdadera de trabajo, no porque ofendas al trabajador. El propio sistema debería exigir el fin de las importaciones indiscriminadas.

Pero el sistema está entretenido en la bonanza de que le traigan el perfume de París a Ezeiza, tenerlo aquí, vivir a pleno el consumismo, aunque los demás se priven de todo.

Y en ese entramado, el laburo de acá no importa, el laburante no les interesa, y si no se somete a un mundo de migajas, nos queda Bullrich.