Afuera palos, adentro circo
Por primera vez, la presencia del Presidente en el Movistar Arena concitó grupos críticos alrededor del estadio. También una desmedida presencia de Gendarmería y Policía de la Ciudad, que terminó repartiendo golpes y gases.
SociedadHace 4 horas

Sólo unos meses atrás esta escena hubiera sido impensada: la previa del show de Javier Milei en el Movistar Arena -un lugar en el que siempre jugó de local, en más de un sentido, según lo que se sabe del financiamiento de campaña- estuvo esta vez copada no sólo por la militancia libertaria organizada, prolija como ninguna, con cartelitos que anunciaban la ciudad de origen de cada grupo y accesorios distintivos todos iguales, violetas o colorados, según los casos.
Esta vez la previa, sobre todo, estuvo marcada por los grupos de manifestantes que fueron a gritar en contra del Presidente y su gobierno, a repudiar el narco gate y el ya célebre "3 por ciento", entre otros escándalos. La nota la dio también la desmedida presencia policial que se extendió alrededor de todo el vecino parque Los Andes, por las avenidas Corrientes, Dorrego y más allá. Y ya casi sobre la hora de comienzo del show, la represión que esa policía -Gendarmería y Policía de la Ciudad fueron las fuerzas movilizadas- ejerció contra manifestantes después de "arrearlos", sin explicación lógica alguna, un par de cuadras por la calle Corrientes.
-¡Y ya lo ve, y ya lo ve, vinieron todos, no vino Espert!
-¡A laburar, a laburar, el kirchnerismo no existe más!
-¡Milei, sionista vos sos el terrorista!
-¡Presos, todos bien presos están hoy!
-Alta coimera...
-La casta tiene miedo...
-¡Andá pa´allá bobo, lavate la cara, dejá la pantalla!
-¡No los mantenemos más!
-¡Conan se murió!
Los cantos y gritos van y vienen de vereda a vereda, esto podría ser una batalla de rap pasada. Por momentos sube la tensión, alguno que otro se acerca demasiado hacia el otro grupo, apura, gesticula, amenaza. Mientras la policía no interviene más que como cordón, nada pasa de ahí.
Está claro que nadie quiere que pase a mayores, comenzando por los que parecen guiar a varios de los grupos de la fila de ingreso al estadio, repartiendo entradas y dando indicaciones, ellos son los que se encargan de calmar los ánimos.
Cada tanto se acercan a los trajeados entre las fuerzas, intercambian pareceres, aceptan sugerencias:
-Campeón, decile al muchacho que no haga más esos gestos soeces, hay damas presentes.
-Disculpe comisario, es buenito él, no se da cuenta.
Los que vinieron a repudiar se agolpan en la esquina de Dorrego y Corrientes, de mano de enfrente al estadio. Los que vinieron a ver cantar a Milei avanzan desde el parque y caminan las cuadras que les quedan tras vallas, custodiados por un cordón policial.
Cada tanto cantan, arengan, muchos y muchas van haciendo ademanes y gritando improperios contra los otros. También levantan las manos cruzadas: "¡todos presos, todos bien presos están!", "¡To-bi-llera!", celebran.
Enfrente responden haciendo el tres con los dedos, ese tres. "¡Todos narcos, son todos narcos!" Varios policías filman toda la escena, toda la tarde, esa es su única función aquí. Apuntan sus cámaras exclusivamente a uno de los grupos. Adivinará el lector de cuál se trata.
La interna y la represión
Las largas filas de micros estacionados son sólo una de las muestras del gran despliegue de aparato partidario que concitó este acto. Provenientes de varias provincias o de localidades del conurbano, "los de violeta" se encargan de mostrar con carteles o banderas sus lugares de origen o sus referentes. Algunos con grandes banderas: "En José C. Paz, María Amoroso concejal". "Leila Gianni. La Matanza".
Hay un pequeño revuelo y es porque muchos quieren sacarse fotos con una celebrity propia que aparece, se llama Mate con Mote y se presenta en redes como "Domador de Zurdos".
Entre los que se acercan para la selfie están unos chicos de Florencio Varela, que no dejan de alzar en alto unas fotocopias color con la imagen de Jorge Taiana junto a Nicolás Maduro que circuló en estos días como fake.
-¿Por qué muestran esa foto?
-Es el candidato de ellos, se llama Taianés y está con el narcodictador Maduro.
-Taiana, se llama Taiana y acá se ve la doble vara. Nos acusan a nosotros pero ellos también andan con narcotraficantes -corrige otro.
-¿Y ustedes saben que esa foto se tomó cuando Taiana era canciller y era su trabajo reunirse con distintos presidentes?
-No, no, él está con un narcodictador.
La enfermedad del alma
Rancho aparte se encargan de hacer Las Fuerzas del Cielo -el ala que lideran el Gordo Dan y Agustín Romo-, empezando por el color: para que quede claro ellos vinieron con todo el merchandising bien rojo, banderas, gorras y sus distintivos estandartes estilo romano con sus frases motivacionales: "El comunismo es una enfermedad del alma". "El cielo los aplastará delante de nosotros".
Concentran también aparte y salen desde Parque Los Andes, donde se cruzan con agrupaciones de izquierda que quedaron adentro del parque con sus rejas, rodeados de policías. Es otro punto de tensión, de cruce de consignas e improperios.
"Nos tienen acá presos, no nos dejan salir hasta que no termine todo", denuncian los manifestanes que están adentro.
La "gente común" puede entrar y salir por las puertas semiabiertas de las rejas, fuertemente custodiadas por gendarmes vestidos de robocops. Ellos, no. "Es por la seguridad propia de ellos, ya ve cómo está la cosa, si salen es para problemas", le explica un efectivo a esta cronista.
Hacia las seis y media de la tarde, la afluencia de público rumbo al estadio empieza a menguar; mientras enfrente, la columna anti Milei se va engordando en el horario de salida del trabajo.
Los autos que pasan tocan bocina ante uno u otro grupo, queda abierta la grieta vehicular. El tránsito no llega a cortarse, a excepción de un corto lapso, por Dorrego.
"Organizar la bronca", dice la gran bandera blanca que desplegaron los manifestantes frente a la boca del subte.
Como para no perder gimnasia, pasadas las 7 y media, y sin que mediara explicación lógica, una parte de la policía comienza a "arrear" a algunos manifestantes, los van llevando casi hasta Juan B. Justo. Terminan pegando algunos palos, tirando gases, también hostilizando a fotógrafos.
"Cobramos todos los miércoles y ahora también cobramos un lunes", lamenta un jubilado, que trajo aquí el mismo cartel que lleva todas las semanas al Congreso: "Basta de Milei, no se soporta más".

