Desaceleró la inflación en agosto hasta el 1,6 por ciento

El rubro transporte, por la suba de los combustibles, impulsó el índice, mientras que alimentos operó de barrera de contención.

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La inflación se ubicó en el 1,6% en agosto, mostrando una desaceleración respecto al 2% registrado en julio, y alcanzó el 33,2% interanual, el nivel más bajo desde diciembre de 2020, de acuerdo al análisis del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). Durante los primeros ocho meses, la inflación acumulada es del 18,2%.

El análisis del IET destaca que la moderada suba en alimentos (0,8%), pese a la depreciación del dólar del 5,4%, contribuyó a contener la inflación general, aunque rubros como transporte (+4%) impulsaron aumentos en hogares de mayores ingresos y masculinizados.


Para el director del CCD y exministro de Educación, Nicolás Trotta, “pese a la menor inflación, que era, según el gobierno, la clave para mejorar los ingresos e impulsar el crecimiento, los ingresos reales caen y la economía está para entrar en recesión. Y se suponía que esta baja de la inflación a cualquier costo debía cristalizar en una legitimación electoral del gobierno. Se trata de un doble fracaso del gobierno”.

 
 
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El informe señala que “las divisiones con mayores incrementos en agosto fueron ‘Transporte’ (+4%), impulsado por vehículos cero kilómetro y combustibles, ‘Bienes y servicios varios’ (+2,8%) y ‘Bebidas alcohólicas y tabaco’ (+2,5%), todas asociadas a subas en seguros, cigarrillos y naftas”.

En el rubro de “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (+0,8%), se observaron aumentos moderados, con excepción de frutas y panes, mientras que “Prendas de vestir y calzado” (-0,4%) y alojamientos turísticos (-5,3%) registraron bajas, afectados por el fin de temporada.

 
Para el coordinador general del IET, Fabián Amico, “la desaceleración de la inflación de agosto responde a dos factores. Por un lado, la reducción del ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial, que pasó de aumentar 14% en julio a caer 2,3% a fines de agosto. Por otro lado, hay un elemento más importante que es la reducción del repase del tipo de cambio a precios y que tiene mucho que ver con la reducción de la resistencia salarial. Básicamente, cuando los salarios nominales de todos los sectores no ajustan en línea con el impulso inflacionario provocado por el aumento del precio del dólar, la inflación pierde fuerza y no se generaliza, pero esto ocurre al costo de mantener el salario real estancado o en baja. Por supuesto, desde el 8 de septiembre se abre una nueva etapa cambiaria e inflacionaria”.