Víctor Hugo furioso con el Gobierno por la censura: "Desequilibrados, locos sueltos"

El periodista y conductor de La Mañana cuestionó la judicialización de la difusión de los audios de la secretaria General de la Presidencia.

SociedadEl martesOtrasVocesOtrasVoces
968255-7-a-9

En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cargó contra el Gobierno de Javier Milei después de haber judicializado la difusión de supuestos audios de la hermana del Presidente y secretaria general de la presidencia, Karina Milei, hablando de supuestas actividades ilegales y aseguró que el país vive “un nuevo capítulo sombrío para su democracia”.

 
El editorial de Víctor Hugo Morales
Lo que escuchamos de Patricia Bullrich denunciando que las escuchas son un armado de Putin, Maduro, el Chiqui Tapia y algunos periodistas de C5N entra en los anales de la historia cómodamente. Queda allí como testimonio de la época que atravesamos. Pero eso es casi una anécdota de la locura y la impericia vigente.

La cuestión es que el inicio de septiembre encuentra a la Argentina en un nuevo capítulo sombrío para su democracia. Una resolución judicial dispuso que audios que contienen conversaciones entre funcionarios públicos, supuestamente grabados en la Casa Rosada, no deben ser difundidos. Se argumenta que fueron obtenidos de manera “ilegal y clandestina” y que su divulgación generaría consecuencias graves para eventuales investigaciones. La censura previa como herramienta del poder. 

La resolución en cuestión, en distintos pasajes, invoca tanto la protección de la intimidad y el honor de la señora Karina Milei como la seguridad institucional del Estado. Ambos fundamentos son contradictorios entre sí y carecen de precisión. Si lo grabado alude a la vida estrictamente personal de una funcionaria pública, en todo caso su revelación podría ser susceptible de responsabilidades posteriores. 

Si, en cambio, refiere a cuestiones de seguridad nacional, la decisión debió precisar con claridad la materia de la información comprometida y explicar por qué la medida resulta necesaria y razonable.

En definitiva, la censura previa en casos que implican al poder no protege a la democracia ni a su comunidad. En un Estado de derecho que se precie de tal, el poder debe tolerar el escrutinio ciudadano, especialmente cuando se trata de información de interés público producida en el núcleo mismo del gobierno.

 
Y todo al mismo tiempo que los medios denuncian otro robo descomunal de Milei y su banda descontrolada. Ahora se trata de PAMI, de los lentes intraoculares y de todo lo que se destape en estas horas. Son unos desequilibrados, unos locos sueltos capaces de las estupideces más absurdas. Pero al mismo tiempo se trata de quienes se autodenuncian con facilidad.

No organizaron el desastre. Karina pensó que con la obediencia a su imposición esotérica bastaba. Pero no distribuyó, decidió apropiarse de todas las ganancias del desquicio y los que quedaban sueltos no tenían cómo vivir el ritmo de la jarana del poder.

En todo lo que tocan hay una inmoralidad manifiesta. Anoche en la mafia de Clarín, en TN, uno de los conductores se quejaba amargamente de que Milei había llegado gracias a prometer que se terminaba la corrupción. Y que ahora estaban desalentados con lo que hizo Milei con su malón de crueldad, llevándose cautivas las arcas, la ética y la moral.

 
Al punto que la única conclusión es que de eso no se habla. Todo lo que se les ocurrió es prohibir lo imposible. Porque ahora los audios serán más pesados. Hoy los difunde la M24, una destacada emisora uruguaya, y la repercusión será mayor.

Son la casta de la crueldad. El resumen grotesco de un asalto del poder real que anoche mismo tenía en sus ochenta años a todo el establishment besando la mano de Capone, con un tinte de Hollywood de los años locos. Milei es nada más que consecuencia de toda esa mafia. Lo miramos a él porque el pobre quedó en el centro del escenario con el seguidor de luz apuntándole. Los libretistas, los creadores del sainete, no salen ni a saludar.