El conmovedor mensaje de Víctor Hugo a tres años del atentado contra Cristina Kirchner
En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana analizó quiénes fueron los verdaderos responsables del intento de magnicidio y cuestionó el rol de los medios de comunicación durante los días previos al ataque a la entonces vicepresidenta.
SociedadEl lunes

En un emotivo editorial en el tercer aniversario del intento de magnicidio a Cristina Kirchner, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, apuntó contra los medios de comunicación, a quienes acusó directamente de haber creado el clima de odio que motivó a Fernando Sabag Montiel a intentar asesinar a la expresidenta.
Además, explicó, en la misma tónica intentaron encubrir lo ocurrido culpando, primero, a "un brasileño" del atentado y luego adjetivando como “supuesto” o sugiriendo que fue un "autoatentado".
El financiamiento del atentado, la pista que la justicia se niega a investigar
La foto de Cristina Kirchner y el Indio Solari, a pocas horas del tercer aniversario del intento de magnicidio
El editorial de Víctor Hugo Morales
Las voces y los títulos en contra de Cristina Kirchner envolvían la mano de Sabag Montiel, la cabeza estaba en la mano de estas voces. El primero de septiembre, Sabag masculló durante todo el día hacer justicia, finalmente. Sería él, Sabag ejecutaría la proclama de bala y muerte que Cristina Fernández de Kirchner se merecía.
Las voces se habían multiplicado. Los voceros de la mafia de Clarín parecían incansables en su prédica. Era atroz lo que pasaba. Los cinco días previos al intento de asesinar a CFK, los títulos de la mafia eran un escándalo. Revísenlos. Es muy fácil. Lean las cinco tapas de los días anteriores.
Uno tras otro, en esa ciudad que intentaba rodearla mientras La Cámpora procuraba cerrar los caminos hacia la casa de CFK. La ciudad participaba, Larreta obedecía al sistema. Clarín fogoneaba.
Vale la pena poner las tapas de la mafia de Clarín cinco días antes. Un día tras otro, la tapa tenía varios títulos acusatorios. La mujer era culpable de todo. El escándalo era presentado con quienes defendían a CFK como responsables del escándalo. Los diarios miraban el lío como protagonizado por los que defendían a CFK.
Mientras los copitos caminaban y vendían a sus anchas, mientras los empleados del actual ministro Caputo, los de Revolución Federal, transmitían un odio que se les licuaba en la vereda como si fuera orina.
Eran los incubadores del odio y los ejecutantes de la brutalidad en las calles. Sabag se despertó a esta hora más o menos, hace tres años. Era el día en que pasaría a la historia como un héroe civil que asesinaba a la enemiga del sistema.
Lo vimos todo. Hubo que repetirlo mil veces para creerlo. Al otro día la mafia de Clarín titulaba con desdén por el hecho y decía una de sus clásicas mentiras: un brasileño había sido detenido. Igual que el chino de Nisman. Igual que el pueblo en el que todos se parecían a Santiago. Siempre la repugnante mentira y la huida, poniendo por unas horas el foco en un brasileño que caído del cielo quiso matar a CFK, no se entendía por qué.
Después eso se diluyó, no lo podían sostener. Entonces, ¿qué hicieron? El atentado se convirtió en supuesto. Un supuesto atentado que todos habíamos visto. Pero la baba del diablo que los distingue les hacía creer que podían culpar a CFK de un autoatentado o negar que fuera cierto que la quisieron matar.
Un pequeño trabajo de ciudadano puede permitirles la reconstrucción del hecho. No la mano de Sabag gatillando infructuosamente. No el gesto inocente de CFK sin entender lo que sucedía. Los responsables del atentado, los ideólogos del asesino frustrado, están en cada página y en cada palabra de TN antes y después del intento de matarla. Pero aún les quedaba el fallo que, a diferencia de la bala, sí habría de salir.









