"Facilidad para agacharse": demoledor editorial de Víctor Hugo Morales contra Milei

En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana repasó los datos económicos de los anuncios del Presidente al campo y aseguró que muestran claramente la doble vara de la gestión neoliberal.

Sociedad28 de julio de 2025OtrasVocesOtrasVoces
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El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, analizó este lunes en su editorial las consecuencias económicas de los anuncios de Javier Milei en La Rural de este fin de semana y su elevado costo fiscal, y se preguntó por qué no impera la misma lógica para ayudar a los jubilados de la mínima a llegar a fin de mes o a los profesionales de hospitales públicos a contar con recursos básicos para mantener la atención sin afectaciones.

 
El editorial de Víctor Hugo Morales


La facilidad de Milei para agacharse ante el poder real lo convierte en un gran atleta. Puede ser Trump o cualquiera que venga en su nombre. Puede ser la Sociedad Rural.

Vale la pena apreciar, mientras tanto, el costo fiscal de la baja permanente de Derechos de Exportación, concedido a los gauchos ricos, con un grado de alcahuetería social que subleva.

 
Según los cálculos de CEPA, el costo fiscal de los anuncios de Milei en La Rural el sábado equivalen a 1.200/1.400 millones de dólares. Esto significa el 0,19 o 0,22%, respectivamente, del PBI para las toneladas proyectadas en los casos de cereales y oleaginosas y para las toneladas de producción vacuna y aviar en ganadería.

 
 Actualizar, por otro lado, el bono a las jubilaciones mínimas, congelado desde marzo de 2024, para 4,7 millones de haberes, es un costo de 0,4% PBI anual.


Es decir, la baja de retenciones anunciadas equivale al 50% del costo del incremento del bono previsto en el proyecto que Milei confirmó el sábado que habrá de vetar.

Surge una pregunta de estricta lógica económica y política: ¿en este caso Milei no debería decir cuál es la fuente de financiamiento?

Dolores Curia, nuestra colega, escribió el mismo sábado en Página|12 cómo fue la entrada de Milei al terreno de sus patrones:

 
"El público enloquece, las gradas vibran, los animales mugen. Una señora, vestida con pieles y lanas rosa de pies a cabeza, pierde la elegancia y, en segundos, se transforma en barra brava libertaria. Por los parlantes anuncian que, entre acordes de la marcha de San Lorenzo, ingresará a la pista de barro y bosta, Javier Milei".

Esa descripción es un prólogo de lo que sería el discurso en el que anuncia la feroz transferencia de recursos de ese Milei que, con un poco más, podría mejorar la vida ruinosa de casi cinco millones de personas jubiladas con la mínima.

Imaginemos ese discurso de Milei en la puerta del Garrahan:

"Ustedes que cuidan la salud del país, que son el orgullo de la ciencia y la medicina de Argentina, ya no serán víctimas de las retenciones de sueldos que han padecido estos dos años. Por lo tanto, tendrán aumentos entre el 26 y el 33 por ciento, para salarios, infraestructura y prevención".

 
Imaginemos que en vez de la señora de pieles y lana rosa, y en lugar de Pino y los demás troncos, están los médicos, los residentes y los pibes que esos médicos y enfermeros curan.

Pensemos en el abrazo del Jefe de Pediatría con Milei. En el aplauso de los trabajadores del pueblo. El abrazo de la familia del pibe de la habitación 116 cuando le dan el alta, en vez del abrazo lambón de Milei a Pino.

Pero el país no es así. Milei no es así. Milei cree que los primeros ladrones que se quedaron con los campos robados a los indios son héroes, que el campo que se compran entre ellos era originalmente de ellos.

Que lo que da la tierra venía del cielo... y ya venía con los apellidos que estaban en la Rural. Y el circo en el que payaseaba el sábado, la razón de su vida.