OPERACIÓN M4: ASÍ FUE LA CAÍDA DE UNA BANDA NARCO CON ARSENAL MILITAR EN ROSARIO

Una madrugada silenciosa rompió su rutina en la zona norte de Rosario. Quince allanamientos simultáneos marcaron el golpe final a una organización narcocriminal con vínculos con el clan Alvarado, una de las estructuras delictivas más temidas del país.

Así, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), tras meses de trabajo encubierto, desmanteló una red dedicada al narcomenudeo y a violentos ataques que sembraron el terror en escuelas, comisarías y oficinas judiciales.

La operación, bautizada como “M4”, no solo reveló el negocio de la droga sino también el imponente poder de fuego que la banda ostentaba: tres fusiles automáticos Colt M4, una pistola Glock 9mm, municiones, vehículos de alta gama y más de 14 millones de pesos en efectivo fueron incautados. También se secuestraron dispositivos electrónicos clave, documentación y una máquina contadora de billetes, clara señal del volumen del negocio ilegal.

El inicio de la investigación se remonta a abril de este año, cuando un requerimiento judicial encendió las alarmas. La PSA comenzó tareas de inteligencia y vigilancia sobre un grupo que, lejos de actuar con discreción, exhibía su arsenal y estilo de vida en redes sociales. Las imágenes no dejaban dudas: fusiles, fajos de dinero, y un código de intimidación propio de las mafias urbanas.

Uno de los detenidos es hijo de un reconocido capo narco, actualmente tras las rejas en una prisión federal de máxima seguridad. A pesar del encierro, su influencia territorial sigue vigente en los barrios más conflictivos de Rosario, donde la ley la dictan los fusiles y las transacciones se concretan en segundos, en esquinas marcadas por el miedo y la impunidad.

Gracias al uso de tecnología avanzada y vigilancia encubierta, los investigadores lograron identificar puntos clave donde se realizaban los intercambios. Desde el exterior, las casas parecían comunes. Desde adentro, operaban como verdaderos búnkeres de distribución y logística criminal.

En total, fueron detenidas cuatro personas, tres hombres y una mujer, todos mayores de edad y de nacionalidad argentina, y quedaron a disposición de la justicia bajo cargos por narcotráfico y tenencia ilegal de armas de guerra. La causa está en manos de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios Dolosos de Rosario y el Colegio de Jueces de Primera Instancia.

El golpe, aunque importante, no es el fin del conflicto. Rosario sigue siendo uno de los epicentros de la violencia narco en Argentina, donde cada operativo exitoso también revela la profundidad de un fenómeno que se ramifica con velocidad y brutalidad.

FUENTE:casospoliciales.net/