Precios y recesión en la mira

"Más inflación y menos actividad económica" , señalan los observadores como consecuencias inevitables del nuevo acuerdo con el Fondo.

EconomiaEl lunesOtrasVocesOtrasVoces
image-131

Analistas de diferentes consultoras señalaron un cambio de prioridades en los objetivos de política económica que señalan que el FMI le ha impuesto en el gobierno con el nuevo programa en marcha. El esquema de desregulación y flotación cambiaria es una potencial fuente de inestabilidad, advierten, que posterga las metas antiinflacionarias del gobierno. A su vez, la sostenibilidad del programa económico está atada al ingreso de fondos financieros, que también son una fuente de riesgo cuando esos flujos se revierten.

Para la consultora Equilibra que dirige Martín Rapetti “parece inevitable anticipar un impacto ‘estanflacionario’ –más inflación y menos actividad- en los próximos meses”. Esto deriva del aumento en el tipo de cambio que tendrá consecuencias inflacionarias, y estas a su vez impactarán sobre los salarios, y por el aumento de la tasa de interés para atraer inversiones de carry trade.

“Con un tipo de cambio oficial estabilizándose en torno de 1200 pesos, sería razonable esperar que en el segundo trimestre la inflación ronde el 3,5 por ciento promedio mensual. Si el dólar oficial ronda los 1300 pesos en el segundo cuarto del año, la inflación alcanzaría el 4 por ciento promedio mensual y si tiende a la banda superior, la inflación superaría el 5 por ciento promedio mensual en el segundo trimestre”, analizan. De modo que esto tendrá efectos sobre los salarios, con paritarias negociándose por debajo de la inflación, como se vio en el primer trimestre de este año.

“La recesión y la inflación volverán a ocupar un lugar protagónico en la agenda económica”, coinciden desde CP Consultora, encabezada por Federico Pastrana y Pablo Moldován. Este escenario podría minar el apoyo social del Gobierno de cara a las elecciones, y minar por ende también el sustento político y social al acuerdo con el Fondo. Quizás en esta clave deban leerse las últimas y polémicas declaraciones de la Directora del organismo, Kristalina Georgieva, que llamó a “apoyar el cambio” el día de los sufragios locales.

Desde Equilibra destacan la diferencia entre las medidas que tomó el Gobierno y un total levantamiento del cepo, porque “está impedida aún la libre compra y venta por parte de las empresas de dólares en el mercado cambiario oficial con motivos financieros. Esta imposibilidad inmuniza al mercado cambiario de la posibilidad de grandes cambios de cartera por parte de las firmas, que por su magnitud pueden gatillar grandes crisis cambiarias”, señalaron. Las grandes empresas seguirán canalizando sus operaciones a través del dólar contado con liquidación, que supone contar con una caja de ahorro en el extranjero donde depositar los valores.

“La liberalización del movimiento de divisas de las empresas es mucho más importante para el normal funcionamiento de una economía que la formación de activos externos (FAE) de personas”, señalaron en este sentido desde CP Consultora. Las operaciones que no desregula Milei son más importantes para la llegada de inversiones productivas al país, que la habilitación a personas físicas de comprar dólares en el mercado oficial. Marcan esta diferencia y señalan que la decisión del Gobierno respecto de la FAE “parece más orientada a satisfacer necesidades políticas que a resolver los problemas externos de la economía”.

El acuerdo con el FMI implica una afluencia de dólares frescos a cambio de un esquema cambiario más flexible de lo esperado –las bandas, demasiado amplias, son cuestionadas por distintos analistas-. “Este cambio da por tierra cualquier esquema de estabilización de corto plazo dada la incertidumbre que contiene. La apuesta a la estabilización se posterga para 2026, en el marco de una eventual vuelta a los mercados de crédito voluntario”, sostienen desde CP Consultora. 

Los analistas descuentan que el acuerdo con el Fondo contiene metas de acumulación de reservas –con el objetivo de que el Gobierno pueda repagar su deuda con el organismo- que son muy difíciles de cumplir (la acumulación de 4.000 millones de dólares tomando como base diciembre de 2024). Pero esto inicialmente no sería un problema en el marco del acuerdo porque se puede pedir un waiver por incumplimiento y no interrumpir los desembolsos.

“Argentina enfrenta un cronograma de vencimientos de deuda externa que pone en riesgo la sostenibilidad externa de cualquier programa económico, y con ello, la continuidad de cualquier estrategia desinflacionaria. Recuperar el acceso al financiamiento permitiría refinanciar (“rolear”) vencimientos, cancelar obligaciones con el propio Fondo y, gradualmente, recuperar márgenes de autonomía en la conducción económica”, advierten desde CP Consultora. 

En tanto, desde Vectorial le ponen un número a esa estrategia, es menester “lograr un colapso suficiente del Riesgo País que permita volver a los mercados internacionales de crédito. Con la tasa de Estados Unidos en el entorno del 4 por ciento anual, el Gobierno necesita un Riesgo País de 300 puntos para lograr endeudarse a una tasa medianamente razonable del 7 por ciento”, afirman.

Pablo Moldován advierte una dicotomía sobre los flujos financieros de corto plazo. Si bien podrían amortiguar el ciclo de divisas y tipo de cambio (con estacionalidad, entre abril y julio sobran divisas y el tipo de cambio puede apreciarse, pero entre agosto y noviembre faltan y puede subir la paridad), son también una apuesta riesgosa. “Argentina ya tuvo problemas con esos flujos (con este mismo equipo económico). Son flujos volátiles que suelen generar mucho daño cuando salen como lo muestra la experiencia de 2018”.