HORROR EN UNA FAMILIA GITANA: ENCERRADA, ENCADENADA Y VENDIDA POR SEXO A SUS PROPIOS TÍOS

En una historia que mezcla dolor, traición y una red de abusos impensables, una mujer de 37 años fue finalmente detenida en la localidad bonaerense de Luján, acusada de haber vendido a su propia hija a familiares de la comunidad gitana. Lo que siguió fue un infierno: la joven habría sido privada de su libertad, encadenada y víctima de reiterados abusos sexuales.

El caso, que sacude por su brutalidad y por el entramado de complicidades familiares, se originó en La Rioja. Allí, el 28 de mayo de 2024, se abrió una causa tras la denuncia de una joven que hoy tiene 18 años. La adolescente aparentemente escapó de una casa donde, según las investigaciones, permanecía cautiva desde su infancia.

El relato de la víctima estremeció a los investigadores: encierro, cadenas, silencios impuestos por el miedo y abusos sexuales constantes. Uno de sus agresores, su tío, fue identificado como parte central del círculo de violencia, pero logró evadir la justicia. Otro nombre surgió rápidamente en el expediente siendo la tía de la joven y también sindicada como abusadora.

Pero la revelación más dolorosa fue que la madre de la víctima, habría sido quien entregó a su hija como parte de una “dote”, a cambio de una suma de dinero que aún no se ha determinado. La transacción fue presentada dentro de una lógica cultural que, lejos de justificar, evidencia la vulnerabilidad de muchas niñas en contextos marginales.

Con la mayoría de edad cumplida, la víctima logró escapar. Se refugió en Luján, el mismo lugar donde su madre también buscó esconderse. A pesar de que desde diciembre de 2024 pesaba sobre la mujer una orden de captura, recién en las últimas horas pudo ser localizada gracias a un trabajo conjunto entre la DDI de Luján y la Policía de La Rioja.

La captura se produjo en la calle Mendoza al 2400, tras un operativo encubierto. Ella fue arrestada cuando salía del domicilio, sin oponer resistencia. En el lugar también se encontraba la adolescente, quien recibió asistencia inmediata por parte de las autoridades.

Mientras la justicia avanza y más nombres aparecen vinculados al caso, la historia de la jovencita expone la brutalidad del abuso familiar y el abandono estatal que lo permitió durante años. Hoy, comienza a escribirse otro capítulo: el de la reparación, la justicia y, quizás, la posibilidad de una nueva vida.

FUENTE:casospoliciales.net/