Las infancias trans existen y merecen ser escuchadas

A través de un DNU, el presidente Javier Milei modificó la Ley de Identidad de Género. Nota al Pie dialogó con Natalia Melica, madre de Lu, un niño trans que cambió su DNI siendo menor.

Genero y Sexualidad11 de febrero de 2025OtrasVocesOtrasVoces
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Hace meses que el activismo LGBTIQ+ advierte sobre el ataque a la comunidad trans por parte del gobierno, situación que crece tras anunciar cambios por decreto en la Ley 26.743, de identidad de género. Nota al Pie dialogó con Natalia Melica, mamá de un niño trans, para conocer la historia de su hijo.

Desde la Oficina del Presidente indicaron que “Javier Milei ha tomado la decisión de prohibir los tratamientos y cirugías para cambio de género en menores de edad”. A través de un comunicado, insistieron con que “la ideología de género llevada al extremo y aplicada en niños por la fuerza o la coerción psicológica constituye lisa y llanamente abuso infantil”.

 
 
Ante los discursos actuales, Natalia expresó que “como familia estos días son de muchísima angustia” y que los dichos del gobierno “habilitan un odio injustificado”. En relación con los tratamientos, los cuales podrían ser frenados con la modificación de la norma, aseguró que “las personas trans, algunos no pero otros sí, necesitan que el espejo les devuelva eso que sienten para no deprimirse, para no lastimarse, sobre todo en los adolescentes”.

Consultada sobre qué le diría a otras familias, Natalia sugirió “cuidar y escuchar a los chicos y a las chicas”. En este sentido, agregó que “cuando tu hijo te manifiesta ‘yo siento que soy esto‘, escuchalo, tenemos que corrernos de esa mirada adultocentrista”.

 Desde 2012 la Ley de identidad de género establece que cualquier persona tiene derecho a que se reconozca su identidad de género autopercibida incluyendo el cambio de datos personales y el acceso a tratamientos de salud, en caso de requerirlos. Crédito: Sol Play 91.5
 
Lu: la historia de un niño trans


Lu es un niño trans. Tiene 7 años y, a los cuatro años y medio, realizó el cambio registral. Su madre contó que desde que empezó a hablar, el niño siempre se nombró en masculino, a la hora de jugar ocupaba roles masculinos y, en caso de hacerlo, se identificaba con su papá.

Natalia, además, recordó que “en ese momento pensábamos que estaba jugando”; sin embargo, la situación no cambió con el paso del tiempo. “A los tres años, una noche estaba con la hermana y vino enojado llorando, cuando le pregunto qué le pasaba me dice que la hermana le decía que era una nena ‘y yo no soy una nena, yo soy un nene‘”.

Lu comenzaba a poner en palabras cómo se sentía: “Yo soy un chico, no ves que hablo como chico”. Esa noche Natalia le propuso un juego: le mostro imágenes de personas de diferentes edades un su tablet y le pidió que le señalará cuáles se parecían a él. Todos los que eligió eran de género masculino. “Entonces con el papá dijimos, no es que quiere ser un varón, se ve así y ahí empezamos a transitar este recorrido”, recordó.

“Me acuerdo que terminamos una reunión que habíamos tenido con la gente de Transformando familias, de Tucumán, y dijimos: ‘bueno, si esto es así, que efectivamente es un varón trans, que él nos marque los tiempos’”, comentó Natalia. De ese modo, Lu “fue eligiendo cuándo cambiar su manera de vestirse, sacarse los aros, cortarse el pelo, cambiar su nombre”.

Antes de cumplir los cinco años, decidieron cambiar su DNI para evitar que lo llamaran por un nombre que no lo representaba. Natalia señaló que desconocían cómo realizar el procedimiento y que “al ser tan pequeño pasaba que hasta en el mismo registro civil no sabían bien orientarnos cómo era el paso a paso”.

 Lu es uno de los niños más chicos en cambiar su género en nuestro país. Crédito: Presentes.
 
Amor y acompañamiento ante los prejuicios


Al comenzar el proceso, la familia tuvo miedo por lo que Lu pudiera sufrir por parte de su entorno. En ese sentido, Natalia expresó su preocupación ante la posibilidad de que su hijo sea excluido o discriminado. Sin embargo, agradeció que “fue realmente todo lo contrario, fue acompañado por el jardín y por las familias de este”.

En cuanto a la discriminación, aseguró que “al ser él tan chiquito él todavía tiene la ternura a favor”. En ese sentido, afirma que “esos señalamientos y el hecho de juzgar viene más hacia nosotros, nos ven como la familia de Lu donde están locos”.

Del mismo modo, afirmó que “las miradas vienen hacia nosotros todavía”. Para Natalia, “en el caso de las niñeces el odio, las críticas, todo va direccionado a las familias”, realidad que cambia durante la adolescencia ya que en esta etapa las personas trans comienzan a ponerle el cuerpo a todo ello.

La mamá de Lu, habló también de la importancia de relacionarse con otras familias que estén pasando por la misma situación. “En un principio estábamos desorientados, pero creo que el hacer tribu es fundamental, tanto para los chicos y las chicas como para las familias”, expresó.

Al respecto, destacó que “los pequeños necesitan encontrarse con pares, verse en otros, ver otras historias”. En paralelo, señaló que “las familias necesitamos abrazarnos y saber que no somos la única persona en el mundo que está transitando esto, cuando conozco familias que se contactan conmigo, siempre les digo agrúpense y sobre todo en esta época”.

Los cambios mediante DNU


El gobierno de Javier Milei publicó un decreto para modificar la Ley de Identidad de Género en lo que concierne a personas menores de edad. Además, dio a conocer otro sobre el alojamiento de personas trans en cárceles.

El DNU 62/2025, publicado en el Boletín Oficial, sustituye el artículo 11 de la ley, el cual expresa el derecho al libre desarrollo personal, y lo reemplaza por un texto donde se prohíbe los tratamientos a personas menores de edad. Dice textual: “Las personas menores de DIECIOCHO (18) años de edad no podrán acceder a las intervenciones y tratamientos a los que hace referencia el presente artículo”.

El anuncio de que se prohibirán las cirugías para menores de 18 años es un tanto engañoso, dado que la Ley de Identidad de Género, vigente en Argentina desde 2012, ya contempla que estos procedimientos solo pueden realizarse en personas mayores de edad o cuando existan ciertas autorizaciones. Lo que sí se modifica es que las adolescencias trans no pueden acceder a tratamientos hormonales.