“Estamos defendiendo nuestros derechos y nuestra memoria”

 los militantes de H.I.J.O.S. controlaban que todo saliera como estaba previsto–. Emilce Moler, sobreviviente de la Noche de los Lápices, miraba y se preguntaba cuánto saben los jóvenes de menos de 20 años de las historias de lucha de todos los militantes históricos que estaban allí. En realidad, se preguntaba si ellos les habían contado esas historias. “Si no lo hicimos, es tiempo de hacerlo. La memoria no es solo recuerdo: es acción, es conciencia, es saber de dónde venimos”, dice Emilce. “Hoy más que nunca, a 42 años, tenemos el desafío de reafirmarla, de ensanchar sus bordes, de transformarla en una democracia con igualdad, con derechos garantizados, con dignidad para todas y todos. Sostener la democracia es hablar, contar, recordar”.

Para Victoria Montenegro, era un día de mucha emoción. “Hoy nos hicimos presentes en la Plaza con el pueblo que tiene memoria, que sigue abrazando la lucha de las Madres y las Abuelas. Es una respuesta a quienes proponen individualismo y olvido”, comenta.

En el gazebo donde esperaban Madres y Abuelas se hablaba con insistencia de la reforma laboral que mandó el gobierno al Senado. Myriam Bregman pasó a saludar. “Fue una buena oportunidad para llamar a movilizarnos este 18 de diciembre”, insistió. También estaban Eduardo “Wado” de Pedro, Oscar Parrilli, Cecilia Moreau y Leopoldo Moreau, entre otros dirigentes políticos.

“Es un contexto complejo”, decía Eduardo Tavani, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). “Pero estamos haciendo una demostración de que no vamos a tolerar estas políticas de arrasamiento y saqueo”.

Para el exsecretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla Corti, el objetivo estaba cumplido con creces: visibilizar el retroceso que está sufriendo la Argentina. “No es solo el recorte en políticas de derechos humanos, sino la persecución y proscripción de dirigentes tan importantes como CFK. Son los recortes en jubilaciones, en discapacidad y es también encontrarnos para acompañar a estos grandes luchadores que siempre denunciaron los procesos neoliberales”.

Miguel “Tano” Santucho, integrante de la comisión directiva de Abuelas, estaba contento con el resultado de la convocatoria, mientras ya empezaban a escucharse los primeros acordes de La Bersuit y el sol comenzaba a bajar. “Salió como lo habíamos pensado, con organizaciones diversas y mucha gente con ganas de estar en la Plaza”, afirmaba.

Marcela Perelman, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), compartía que había sido una buena convocatoria y la definía como una “reversión de la Marcha de la Resistencia”.

Osvaldo Barros, de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos (AEDD), también apuntaba al mensaje de resistencia frente a la administración de La Libertad Avanza (LLA). “Es una jornada importante para la defensa de los derechos humanos que este gobierno ataca permanentemente. Es fundamental la unidad de acción que se muestra en este ámbito”, decía el sobreviviente de la ESMA.

“Hay un presente de retroceso –opinaba Adriana Taboada, de la Comisión Zona Norte–. Eso no se puede negar. Está también la amenaza de mayores pérdidas de derechos. Eso involucra al Poder Ejecutivo pero también a los legisladores que traicionan al pueblo que los votó. Nosotros, como movimiento de derechos humanos, tenemos un largo recorrido: sabemos de límites, conocemos lo que es perder y tener logros. Lo que nunca hicimos es negociar nuestros principios. Por eso caminamos por las calles sin problemas, y el 24 de marzo vamos a ser miles en esta Plaza”.

Y tenía razón. Así lo dejaban en evidencia las ovaciones que recibieron tanto Estela como Taty cuando se retiraban de la Plaza.