La bandera contra la impunidad

A 30 años de su fundación, la Red Nacional de Hijos e Hijas por la Identidad (H.I.J.O.S) realizó un recorrido alzando la voz contra el gobierno de Milei.

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En un recorrido por la Ciudad de Buenos Aires, la Red Nacional de Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S) llevó la presencia de los 30 mil desaparecidos y el grito contra el hambre en el gobierno de Milei y Villarruel en diversos puntos estratégicos. En conmemoración de los 30 años de su fundación, H.I.J.O.S realizó el encuentro con entusiasmo y alegría. Bajo el canto de “somos la bandera contra la impunidad” y “vamos a luchar con esta banda loca”, se dirigieron a sembrar conciencia en la embajada estadounidense, La Rural, La Corte Suprema, el Congreso, la casa de Cristina Fernández de Kirchner y Plaza de Mayo.

Repartidos en dos micros, motos y autos en caravana, la agrupación salió desde Parque Lezama y su primera parada fue la Embajada de Estados Unidos, donde bajaron de los vehículos para cantar `Colonia no, Patria sí´. Frente a las puertas del lugar, leyeron un documento donde proclamaban ser hijas e hijos de “una generación revolucionaria”. Afirmaron que en este contexto de políticas ultraderechistas “volvemos a la disputa de sentido” y a la necesidad de “imaginar un pueblo unido, feliz”.

 
Megáfono en mano, dijeron que fueron a la embajada porque “este lugar representa la muerte de América Latina, el genocidio, el saqueo”, para dejar en claro que con este gobierno lo que avanza no es la libertad sino la venta del país. En diálogo con Página/12 una integrante de H.I.J.O.S. declaró que “estamos en un momento muy complicado, donde hay un negacionismo muy fuerte, donde los medios de comunicación están alineados, vendidos, comprados, donde no cuentan los delitos hacia los derechos humanos que se cometen. Entonces una forma de visibilizar, de traer de vuelta la conciencia, si es posible, es estar acá”. La caravana volvió a la marcha y desde los otros autos la gente escuchaba los cánticos y miraba atenta. Algunos se sumaban con saludos y bocinazos.

La segunda parada fue el predio de La Rural, donde colgaron un cartel que aseveraba: “El hambre es un crimen de lesa humanidad”. Rodeada de banderas, otra integrante de H.I.J.O.S, Rosana Heinrich, contó que ella milita con su hija, y que su papá Enrique Heinrich fue desaparecido. “Desde que pude contar mi historia estoy militando en H.I.J.O.S. Creo que me abrieron la voz”. Rosana entró en la agrupación en 2015. “En el tiempo de Macri estaba de la familia Massot un diputado de Córdoba reivindicando a su tío, que fue uno de los autores del asesinato de mi papá, y dije `bueno, tengo que contar la historia´”, dijo Rosana.

Para la ocasión se reunieron las distintas sedes regionales de H.I.J.O.S. de todo el país. El tercer acto fue en las puertas de la Corte Suprema de Justicia. Allí, la bandera que colocaron decía: “Con presos políticos no hay democracia”. Y toda la agrupación entonaba “30 mil compañeres detenidos desaparecidos, ¡presentes!”

En los micros de la caravana se respiraba un clima divertido, y familiar. Muchos son amigos y familia, algunos iban con sus hijos pequeños, y todos vestían remeras o gorros con el nombre de la agrupación. Rosa dijo: “Este encuentro, en este contexto, creo que es lo mejor que nos pudo haber pasado”.

La siguiente parada fue el Congreso de la Nación, donde las vallas negras no permiten acercarse demasiado al edificio. Desde lejos, con altoparlantes, leyeron otro documento donde proclamaron que “Victoria Villarruel reivindica el terrorismo de Estado”, y a toda voz se cantó “Nunca más, a ver Victoria si nos entendemos, porque fueron 30 mil los que desaparecieron. No hubo dos demonios, acá fue genocidio”. La lectura del documento finalizó con el nombre de una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, que hace unos días habría cumplido 97 años: “Como decía Hebe, ni un paso atrás”.

En diálogo con Página/12 otra integrante de H.I.J.O.S, Ana Tronelli, amiga de varios compañeros y su tía, Mirta Felisa Tronelli, fue desaparecida. “Se la llevaron con 23 años del municipio de Neuquén donde trabajaba, se agarró la cartera, dejó las llaves en su escritorio, todas sus cosas, pensando que la llevaban a hacer algo y volvía. No volvió nunca más”, contó.

Ana explicó que la agrupación sirve para lograr que la sociedad tome conciencia de lo que pasó, para seguir prestando atención a la tragedia que sufrió el país, para no volver a perder nuestros derechos y nuestra soberanía. A ella, la reunión de la red de H.I.J.O.S. le da alegría: “Me emociona mucho, me parece que tenemos que seguir sosteniendo la resistencia”.

El quinto punto de la Caravana Hijística fue en la casa de Cristina Fernández Kirchner, en la calle San José del barrio Constitución. Bajo el famoso balcón, la red cantó ´Hola qué tal Cristina cómo está, acá estamos los hijos que vinimos a saludar´. Tras un rato de cánticos y de flamear banderas, las puertas se abrieron y salió al balcón la expresidenta para saludar a todos con una mano en el corazón. Para festejo de todos los presentes, también sacó a relucir un pañuelo blanco con las siglas de H.I.J.O.S.

Otra integrante cuenta que ella tampoco es hija. “En realidad soy nieta. En el 76 secuestraron a mi abuela, a mi abuelo ya lo habían matado, a mi mamá y a mi tío los dejaron huérfanos. Empecé a tener conciencia desde muy chiquita sobre la necesidad de la búsqueda, la ausencia. Cuando se formó HIJOS vi a mi vieja encontrarse con otros y sentirse que no estaba sola. Eso es lo que hoy me convoca a la agrupación”, declaró.

Para ella, H.I.J.O.S es un llamado para toda la sociedad, desde los más chicos hasta los más grandes, para pensar en lo que es el ser argentino, “en los derechos básicos como seres humanos, y en lo que en su momento el Estado permitió estudiar, estudiar de manera gratuita, acceder a la salud pública, tener el derecho a una llamada telefónica, cosa que en la dictadura no pasó. Jugaron a eliminarnos para imponer un modelo que le convenía a Estados Unidos. ¿Y qué es lo que pasa ahora? Entonces esto sirve para intentar que no tengamos que llegar a ese punto, porque va a ser muy doloroso”.

La última parada de la caravana fue Plaza de Mayo, antes de volver a donde inició todo en Parque Lezama, donde cerraron la jornada con una olla popular “Hijística” para compartir con el barrio, junto a sus banderas, compañerismo e incansable alegría como forma de lucha.