UN PEDIDO DESESPERADO: LA HISTORIA DEL EX POLICIA PRESO QUE LLEVA AÑOS PIDIENDO JUSTICIA
Policiales24 de octubre de 2025
OtrasVoces
Una detención de rutina terminó en tragedia y cambió su vida para siempre. Catorce años después, José Antonio Cácere, un exoficial de la Policía Bonaerense continúa proclamando su inocencia y espera que la Corte Suprema revise su condena a prisión perpetua por la muerte de un interno.
El 22 de octubre de 2011, José cumplía funciones en una comisaría de Berisso cuando participó en un procedimiento policial que parecía rutinario: la detención de un menor que había sustraído una moto y de un mayor con pedido de captura emitido por un juzgado de La Plata: “Se hicieron todos los pasos legales: registro fotográfico, revisión médica, documentación, traslado. Yo perdí contacto con el detenido cerca de la una de la tarde”, contó José para Casos Policiales.
Horas después, el detenido habría sufrido una descompensación, cayendo desde la cama cucheta del calabozo de la Comisaría Berisso Cuarta, donde había sido alojado porque la dependencia original no tenía celdas habilitadas. La autopsia oficial, realizada por peritos de la Corte, indicó que no existían signos de violencia ni defensa, y que la causa del fallecimiento fue una arritmia cardíaca agravada por el consumo de estupefacientes.
Dos años más tarde, en 2013, el caso volvió a abrirse. Una querella particular pidió una nueva pericia, esta vez basada únicamente en fotografías del cuerpo. El perito de parte afirmó que se observaba un golpe en el cuello que habría provocado asfixia parcial. Sin embargo, durante el juicio oral, los peritos oficiales refutaron esa hipótesis, señalando que era “imposible” y que no había evidencia médica que la sustentara.
Aun así, en 2019, cuatro policías fueron condenados a prisión perpetua. Dos de ellos fueron liberados en apelación; José y otro compañero continúan detenidos desde ese entonces: “Tenemos una pericia hecha con el cuerpo presente que dice que fue muerte natural. Pero otra, hecha con una foto, dice lo contrario. Y esa fue la que pesó”, expresó.
Desde su detención, la vida de Cacere cambió por completo. Perdió su empleo, la tenencia de su hijo mayor y la estabilidad de toda su familia: “Mis hijos tuvieron que cambiar de escuela porque los señalaban. Mi esposa y yo vivimos explicando algo que no hicimos. Yo no pido impunidad, solo pido justicia.”
José insiste en que el proceso judicial estuvo marcado por contradicciones y por la falta de valoración de las pruebas oficiales: “No puede ser que una hipótesis fotográfica tenga más peso que la autopsia realizada por peritos de la Corte. Si leen la causa con sentido común, se van a dar cuenta de que se equivocaron.”
El expediente lleva más de dos años en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde se espera una resolución definitiva: “No quiero que me protejan, quiero que lean. Que vean que la prueba fundamental está en la autopsia y que no hay signos de golpes. Mi familia solo quiere que vuelva a casa”, sostuvo.
El caso también comenzó a tener visibilidad nacional gracias a organizaciones civiles, colectivos de inocencia y medios de comunicación que se hicieron eco de su historia: “Hay familias enteras sufriendo por algo que no hicieron. Les pido que compartan mi historia, porque es la única forma de que nos escuchen.”
Catorce años después, José continúa aferrado a la esperanza de que su verdad sea escuchada: “Solo pido justicia. Que alguien se siente, lea y entienda que se equivocaron.” Mientras tanto, su historia sigue recorriendo los medios y las redes, convertida en un símbolo de la pelea por la revisión judicial y el derecho a una defensa justa.
FUENTE:casospoliciales.net/





